Garabateando ando: parte 2

Me senté a ver que me salía para traerles unos fondos de escritorio o imprimibles, pero les soy sincera, después de un par de intentos desistí. Y como seguía con ganas de hacer algo, y porque en la casa reinaba una hermosa paz (todos durmiendo), abro el archivo en el que dibujé a mi querido pajarito regordete (que acá y acá ya les presenté) y, por insistencia de mi mamá, decidí que era un buen momento para ver si algo salía e ir, de a poquito, metiéndolo en otros contextos y con otros mensajes que fluyan, que se me ocurran, que me imagine, ya veremos. Me gusta dibujar pero no lo hago, nunca lo hice, así que a modo de arranque y prueba puede estar bueno, pensaba, hacerlo sobre una base, y con un hilo conductor. Siempre a modo de hobbie, no se asusten, jaj.

Así que me dieron ganas de volver sobre él, y como lo hice la primera vez, lo miré, asumí que no puede volar porque sus alas son muy chiquitas para levantar su cuerpito regordete, y traté de sentirme como él se sentiría en esa pose, con ese gesto, a pesar de su limitación. Me imaginé que estaba sintiendo una brisa cálida (será que soy muy friolenta) y que estaba disfrutando, de qué no se, pero disfrutando seguro, o pensando en algo que aprendió, que descubrió, que lo hizo sentir mejor. Me lo imaginé pleno, como satisfecho. Entonces se me ocurrió que esta vez lo sostenga algo que le permitiera seguir sintiendose así. Lo terminé y después pensé una frase para anclar lo que quería transmitir. Y me vino esa, porque? Será que me dio la sensación de que aún en una caída, si sabemos descubrir a que aferrarnos, esa caída puede ser distinta y hasta puede tomar otro sentido, otro peso y hasta podemos en ella lograr entender que a pesar de algunas cosas se puede seguir disfrutando. Les pasó? 

En fin, tanto preámbulo para contarles que así me salió la segunda de mi querido pajarito:

Que arranquen una muy buena semana!!